Erdem Moralioglu tomó su característico estampado floral y lo sumió en tonalidades frías para crear idílicos vestidos que delineaban la figura. También jugó con flores en tonalidades del arcoiris en pantalones estrechos, blusas de corte masculino y faldas plisadas hasta la rodilla. Cerró la propuesta con trajes de noche que dejaban ver las piernas, confeccionados en un ligero encaje sobre fondos de coloración pálida. El calzado fue producto de una colaboración de Nicholas Kirkwood para Erdem.